Hoy vamos a seguir con la segunda parte de los síntomas de la leucemia infantil. Si quieres puedes leer el primer articulo que hablamos sobre ello, donde podéis ver otros síntomas.
Problemas respiratorios
Hay algunos tipos de leucemia que afectan a las estructuras del pecho, como el timo, pequeño órgano ubicado frente a la tráquea que es la encargada de conducir la respiración a los pulmones, o los ganglios linfáticos. Cuando se hincha o agranda se producen dificultades al respirar o tos ya que está presionando la tráquea.
Por otro lado, en otros casos si hay un recuento de glóbulos blancos muy alto, la células pueden acumularse en los vasos sanguíneos de los pulmones, esto puede también causar dificultades al respirar.
Dolores de cabeza, vómito y convulsiones
Cuando la leucemia ya se ha propagado al cerebro puede provocar síntomas como dolores de cabeza, debilidad, convulsiones, dificultad de concentración, vómito, problemas de equilibrio y visión borrosa.
Hinchazón
A causa de que el timo se agrande causa presión sobre la vena cava superior, esta vena lleva sangre desde la cabeza a los brazos y al corazón. Esto puede hacer que la sangre no pueda llegar a su destino causando hinchazón en el rostro, cuello, brazos y la parte superior del tórax. Otros síntomas derivados son dolores de cabeza, mareos, cambio en el conocimiento.
Erupción en la piel
Las células pueden propagarse en la piel dando origen a unos puntos de color oscuro parecido a un sarpullido común. Una acumulación de las células debajo de la piel o en otras partes del cuerpo se llaman sarcoma granulocítico o cloroma.
Problemas en las encías
Las células pueden propagarse a las encías causando hinchazón, dolor y sangrado.
Cansancio extremo y debilidad
Una de las consecuencias más comunes y a la vez muy grave la debilidad, el cansancio extremo y la dificultad en el habla. Ocurre cuando muchas células leucémicas causa que la sangre se vuelva demasiado espesa y se haga más lenta la circulación a través de los vasos sanguíneos del cerebro.
Todos los síntomas pueden ser causados por otras dolencias que nos sean leucemia, aunque siempre es recomendable que un médico lo examine.